Hace aproximadamente un mes, cuando caminaba por la ciudad, ¡descubrí no menos de cincuenta boletus! Ubicados en patios, caminos, campos, etc. Debe haber sido la tormenta perfecta para estas setas magníficas y deliciosas. Recolecté solo 2 de los ejemplares más grandes.

Al llegar a casa, corté los extremos embarrados, los lavé, los corté aproximadamente a la mitad y los puse rápidamente en el congelador. Hago esto cada vez que los encuentro, ya que se deshidratarán lentamente en el congelador, dejándome con una bola de hojaldre seca. De esta manera los boletus terminan con la consistencia de esos pequeños malvaviscos que ponen en el cereal.

Uno de los boeltus tenía una maduración seria en el fondo, lo que la dejaba no comestible. Así que simplemente cavé un pequeño agujero en el césped, lo coloqué y esperé unas semanas para que se fuera completamente a la espora. Luego, colocándolo en una bolsa de plástico en el porche, esperé unas semanas más para que se secara.

Ahora, con los Robles enterrándome con bellotas, gorros de bellota y hojas, y los Hickories cayendo nueces, ramitas y hojas, me quedo con una gran cantidad de material orgánico para compostar.

Mi plan maestro es pasar el invierno sobre esta montaña de material, girando con frecuencia para permitir la digestión completa de las hojas muertas y las nueces. Mis esporas de hojaldre se mezclarán probablemente a principios del verano, no todas, pero me imagino que tendré una excelente oportunidad de hacer una pequeña cuesta de medio de cultivo.

Su excelente sugerencia de que la interacción micorrízica podría proporcionar a los boletus los nutrientes necesarios, plantaré algo en un lado de la pila, para permitir que las raíces ayuden a los boletus. En cuanto tenga mi plantación de boletus subiré un reportaje con fotos contando todo el proceso y organizaré una quedada de seteros para invitaros a todos a probar mis boletus.